“El fútbol es el deporte rey en España, pero por desgracia, es el deporte rey masculino”. Una frase que sale de la boca de una de las futbolistas españolas ‘más reconocidas’. Y sí, entrecomillo reconocida, porque, a pesar de que su nombre ha recorrido nuestro país, muchos de los seguidores del balompié no sabrán ni quién es. Iniesta, Maradona, Cristiano, Messi… todos les conocen, pero Alexia Putellas, Irene Paredes, Vero Boquete, Marta Corredera… ¿ellas quienes son? Nadie lo sabe porque ellas no son hombres. Cuando el Barça ganó la Liga las portadas se vistieron con sus colores, pero cuando lo hace el Barcelona Femenino ni se sabe. Lo peor de todo es que cuando fracasan, entonces las conocemos, pero las conocemos para decir que no hay goles, que así no se puede ganar. En las malas para criticar estuvimos pero en las buenas, en la lucha hasta llegar al Mundial, ¿quién estuvo?
Claramente estas dificultades llegan mucho más allá de la repercusión mediática. Mientras jugadores españoles viven de su profesión, de dar patadas a un balón, nuestras guerreras trabajan o estudian para poder ponerse la camiseta de su club. Ellas, por se ellas y no ellos, tienen que pedir días en el trabajo o faltar a clase; dificultades que hace que muchas lo dejen porque saben que el fútbol en España no les da de comer. Se esfuerzan cada día por ir a jugar con su selección, representar a ‘La Roja’, con la esperanza de que alguien les aplauda, pero solo reciben piedras si pierden. Nadie valora el llegar hasta allí con todos los baches del camino. Ahora en plena clasificación de la Eurocopa, con el nuevo seleccionador, están desaparecidas. Todavía no se han clasificado, todavía son invisibles. Da igual ser favorita, no importa ganar a Finlandia que no había perdido hasta toparse con nuestra chicas. No importa nada de eso, porque hasta que no se clasifiquen no serán noticia.
¿Qué pasaría si ahora España ganase la Eurocopa Femenina? ¿Cuánto tiempo duraría en los medios la noticia? Y hablo de la absoluta porque los triunfos de las categorías inferiores femeninas es como si no existiesen: campeonas de Europa tres veces con la Sub-17 y una Sub-19; y subcampeonas del Mundo con la Sub-17; títulos guardados en el estante del olvido. Pues seguramente a la semana el mundo se hubiese olvidado, volviendo a las riendas del camino. Un recorrido duro y empedrado, del que se supone que la Federación va quitando piedras, aunque realmente no se note. La realidad está presente, el fútbol femenino es irrelevante. El mayor problema es que la gente no se para a reflexionar ni protesta por esta desigualdad. La sociedad se queda sentada esperando que de la nada estas chicas hagan magia. En cambio, lo que realmente ocurren es que nuestras estrellas vuelan fuera de una España en la que no hay sitio para ellas. Se buscan un futuro mejor en países donde el fútbol masculino importa tanto como el femenino
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