El partido de fútbol femenino cadete-infantil entre la UE Cornellà y el Atlètic Prat tuvo un momento de máxima emoción que provocó una larga ovación del público
El fútbol y el deporte en general dejan a veces escenas de humanidad, compañerismo y deportividad que van mucho más allá de la rivalidad en el campo. Es lo que sucedió, hace dos jornadas, en un partido de fútbol femenino de la categoría cadete-infantil entre los equipos de la UE Cornellà y el Atlétic Prat.
La historia la recogía el programa Esport Club de TV3. El Atlètic Prat ganó por 2-6 al equipo local. En el minuto 60, tras anotarse el sexto y definitivo gol, la portera del Cornellà, Naiara Cantarera, se vino abajo y rompió a llorar. “Tenía un mal día y me vine abajo. No pude evitar ponerme a llorar”, explica.
Su sorpresa y la de todos los aficionados vino cuando una jugadora rival, Mónica, de 13 años, cruzó todo el campo para ir a consolar a la portera con un fuerte y sentido abrazo y unas palabras de aliento. “Me sentí mal y fui corriendo para decirle que no pasaba nada, que no llorara”, recuerda la protagonista.
La reacción del público no se hizo esperar. Los seguidores en las gradas, la mayoría padres y amigos como suele suceder en los partidos de estas categorías, se levantaron para aplaudir la acción y hubo una ovación de cinco minutos por el bello gesto de Mónica.
“Me siento muy orgullosa de lo que hice, me sentí muy halagada por los aplausos”, agradeció después. Lo cierto es que la suya fue una acción que no se da muy a menudo en el mundo del fútbol y que simboliza todos los valores y la esencia del deporte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario